Médico español
Considerado el creador de la anatomía patológica moderna.
Obras: Methodus medendi, De sacra philosophia...
Padres: Brianda de Lemus y Francisco Valles
Cónyuge: Juana de Vera
Hijos: Lucía, Francisco, Juana, Catalina, Gabriel, Diego
Seudónimo: Divino Valles
Francisco Valles nació el 4 de octubre de 1524 en Covarrubias, Burgos, España.
Familia
Hijo de Brianda de Lemus y del médico Francisco Valles. Hermano de Pedro, Fray Luis y Petronila.Estudios
Cursó estudios en la Universidad de Alcalá en el Colegio de Trilingüe, licenciándose en Artes y Filosofía en 1547 y convirtiéndose en maestro en 1553. En ese mismo año se licenció en Medicina, obteniendo el doctorado un año después.Médico
Médico personal de Felipe II, quien lo nombró «Protomédico general de todos los Reinos y Señoríos de Castilla». Fue llamado por el monarca el «divino Valles» por sus acertadas disposiciones.Autor de varias obras, entre ellas, un comentario de las Epidemias de Hipócrates y realizó un estudio sobre lo que dicen las Sagradas Escrituras acerca de la Naturaleza.
Francisco Valles fue una de las celebridades más influyentes de la medicina española y encabezó un poderoso movimiento para desarabizar el pensamiento galénico. Ejerció la mayor parte de su vida en Alcalá de Henares, donde enseñó medicina e impartió clases prácticas con cadáveres, por lo que se le considera el creador de la anatomía patológica. Gran humanista y escritor, dominó con maestría el griego y el latín clásicos.
Matrimonio e hijos
Casado con Juana de Vera, fueron padres de seis hijos: Lucía, Francisco, Juana, Catalina, Gabriel y Diego.Muerte
Francisco Vallés falleció el 20 de septiembre de 1592 en el Convento de los Agustinos de Burgos. Sus restos fueron trasladados y enterrados en la Capilla del Colegio Mayor de San Ildefonso, en Alcalá de Henares.De las cosas que de física están escritas en los libros sagrados, o de la sagrada filosofía
Los locos y melancólicos están enfermos de afecciones corporales que no pueden dañar por sí, solo, por el contrario, dependen de las facultades corporales, pero no de la mente, haciendo salvedad accidental porque mientras está en el cuerpo usa de los sentidos. Los brutos pueden delirar por la imaginación y por esa especie de razón que poseen, la cual no tiene fuerza deliberativa de obrar, mas no por eso dejan de ser capaces de ser tildados de viciosos o virtuosos, y tampoco pueden merecer premio o castigo, pues obran según una virtud procedente de la deliberación. Por esto no pueden tener una verdadera sabiduría, ya que la sabiduría nunca se separa de la virtud. La define en el VI libro de Etica y I de las cosas meteorológicas Aristóteles como una ciencia de las cosas más honorables, como son las divinas, eternas y las buenas de verdad, porque quien no se engaña en estas cuestiones es sabio. Pero el hombre no puede llegar a esto [447] sin un beneficio de Dios, luego la sabiduría procede del Señor, como dice en su principio el Eclesiástico, y luego, en el capítulo 3, que los hijos de la sabiduría son la reunión de los justos. La verdadera sabiduría es aquella que se acompaña por la verdadera fe en las noticias de cosas divinas con la meditación en la ley de Dios. Ya hemos concedido a la naturaleza de los brutos incapaz de estas cosas, y no sin gran propiedad se dice en la prescrita conversación: Quién ha puesto la sabiduría en las entrañas del hombre? O quién ha dado al gallo inteligencia? Sólo el hombre está capacitado para poseer la sabiduría entre todos los animales, él sólo puede elegir entre el bien y el mal, así como considerar las cosas divinas, pues la otra inteligencia que trata de cosas no divinas ya ha sido estudiada por nosotros: pertenece al raciocinio natural y no parte de la deliberación.